El domingo 26 de mayo se convirtió en un día inolvidable tanto para Charles Leclerc como para todos los habitantes de Mónaco. Por primera vez en la historia, un piloto local se alzó con la victoria en su emblemático Gran Premio de Fórmula 1, una carrera que ha sido parte del Campeonato Mundial desde su inicio en 1950. A sus 26 años, el piloto de Ferrari logró cumplir un sueño largamente acariciado, no solo saldando una deuda personal, sino también rindiendo un emotivo tributo a su padre, Hervé.

Al caer la tarde en el Principado, justo antes de la celebración con la familia real, se pudo observar a Leclerc en una fase diferente de su carrera deportiva: montando una bicicleta por las calles de su ciudad natal. La imagen, capturada por algunos transeúntes, muestra al piloto de la Scuderia luciendo una camiseta de Ferrari y pasando junto a los baños portátiles que indican la presencia de espectadores en el icónico escenario del Gran Premio.

El momento en que Leclerc aparece pedaleando fue capturado por algunas personas que viajaban en un automóvil, quienes no pudieron contener su asombro al ver al piloto de Fórmula 1 en una bicicleta. «Ese es uno de los pilotos de Fórmula 1 en una bicicleta, está loco», se escucha decir a uno de los ocupantes del vehículo, mientras que Charles parecía no preocuparse en absoluto, incluso escuchando un mensaje de voz en su celular.

Los pilotos suelen utilizar la bicicleta como parte de su entrenamiento, especialmente durante los fines de semana de carrera, cuando realizan reconocimientos del circuito sobre dos ruedas o caminando. Leclerc siempre ha demostrado ser un apasionado de esta disciplina deportiva y optó por relajarse después de su victoria tocando la gloria en el asfalto de Mónaco.

«Fue una carrera dura. En dos ocasiones anteriores largué desde la pole y no pude ganar», compartió Leclerc, convirtiéndose en el segundo monegasco en ganar en casa después de 93 años, cuando Louis Chiron triunfó con un Bugatti en 1931, antes de que la Fórmula 1 se convirtiera en Campeonato Mundial. Aunque su padre Hervé no pudo verlo debutar en la F1 en 2018, las victorias de su hijo en Ferrari son un hermoso tributo a su legado, y sin duda este domingo, en el patio de su casa, fue el más emotivo de todos.

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